Salud
La salud se entiende comúnmente como la ausencia de enfermedades, pero en realidad es un concepto mucho más amplio que también incluye el bienestar psicológico y social. Es la capacidad del organismo para mantener y desempeñar sus funciones vitales de forma eficaz, y constituye la base para llevar una vida productiva.
¿Qué es la salud?
La salud es un concepto complejo que debe entenderse de manera holística. Según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades o discapacidades. Es la capacidad de vivir una vida activa y productiva, tanto en el ámbito social como económico, e incluye también una dimensión espiritual.
La salud permite el funcionamiento adecuado del cuerpo e incluye la capacidad de adaptarse a los cambios del entorno.
Dimensiones de la salud
La salud es un concepto integral que abarca cuatro dimensiones fundamentales:
- Salud física – el buen funcionamiento de órganos y sistemas del cuerpo,
- Salud mental – la capacidad de pensar con lógica, expresar emociones y manejar el estrés,
- Salud social – la habilidad para establecer y mantener relaciones interpersonales y convivir en comunidad,
- Salud espiritual – relacionada con la fe y la religión, o con los valores y comportamientos que fomentan la paz interior.
Factores que influyen en la salud
La salud es un estado subjetivo influido por muchos factores internos y externos, entre ellos:
- Genética,
- Educación,
- Condiciones económicas,
- Acceso a servicios sanitarios,
- Estilo de vida,
- Entorno ambiental,
- Bienestar psicológico.
¿Cómo cuidar la salud?
Para mantener y mejorar la salud, es importante adoptar hábitos saludables. A continuación, algunos aspectos clave que deben considerarse cada día:
- Descanso adecuado – los adultos deben dormir entre 7 y 8 horas continuas; los niños y adolescentes, entre 8 y 10 horas por noche.
- Actividad física regular – al menos 30 minutos diarios de ejercicio moderado como caminar, montar en bicicleta, correr o nadar.
- Dieta equilibrada – una alimentación variada debe aportar energía y todos los nutrientes esenciales. Es recomendable incluir frutas, verduras, cereales integrales, grasas saludables, lácteos, carnes magras o pescado azul, y asegurar una correcta hidratación.
- Controles médicos periódicos – como la medición de la presión arterial, análisis de sangre y visitas al dentista.
- Evitar sustancias nocivas – como el alcohol y el tabaco.
- Manejar el estrés – el exceso de estrés afecta negativamente al equilibrio físico y mental.
- Exposición solar segura – necesaria para la síntesis de vitamina D.
- Uso razonado de suplementos alimenticios – en casos de mayor necesidad nutricional o carencias, los complementos nutricionales pueden ser un buen apoyo, siempre que se sigan las indicaciones médicas o del fabricante.
- Momentos de descanso y relajación – es importante reservar tiempo para el descanso, incluso durante la jornada laboral.
Salud y suplementos alimenticios
Las vitaminas y minerales son nutrientes esenciales que el cuerpo no puede producir por sí solo. Por eso, es necesario obtenerlos a través de una alimentación variada y equilibrada. Sin embargo, en algunas situaciones puede ser difícil cubrir todos los requerimientos solo con la dieta. En estos casos, los suplementos alimenticios pueden ser una ayuda eficaz para el mantenimiento de la salud.
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